domingo, 27 de febrero de 2011

Indeterminismo en Economía y nihilismo metodológico

Esta entrada es una respuesta larga en un hilo de comentarios de un post del blog de Joaquín Sevilla.

1) Imposibilidad de la autopredicción y el indeterminismo.

    No soy filósofo pero probablemente si lo fuera estaría dentro de la órbita del pensamiento popperiano. Creo en el indeterminismo del mundo que nos rodea ("no podría ser de otra manera", me contestaría un determinista). Creo que hay poderosas razones filosóficas para creer en ello. Creo que es un error tratar de concluir para la realidad características de los modelos que utilizamos para representarla. Que utilicemos modelos deterministas para representar determinadas facetas de la realidad no quiere decir que éstas lo sean.
   
    Si el indeterminismo es cierto en la ciencia, mucho más lo será en la economía, donde el libre albedrío, los frutos del intelecto y otro tipo de variables ajenas al mundo estrictamente físico afectan al resultado. Existe un indeterminismo fundamental que es insoslayable.
   
2) Ese indeterminismo que es consustancial a toda la realidad y especialmente a la realidad económica no niega la causalidad. Que no conozcamos o controlemos todas las causas capaces de lograr un efecto no significa que no podamos identificar y conocer relaciones de causalidad entre diversos fenómenos. Incluso podemos tratar de medirlas. Por ejemplo, los aranceles a la importación de bienes protegen los empleos nacionales a la vez que suben los precios interiores. En algunos casos también condenan a la miseria a países exportadores monocultivo.

    Las relaciones de causalidad en economía existen y existe una evidencia empírica aplastante a favor de las mismas. Dichas relaciones de causalidad pueden y DEBEN utilizarse por parte de los economistas para ALERTAR de las consecuencias de determinadas políticas así como para CORREGIR los problemas que puedan detectarse.
   
    No podemos evitar la ocurrencia de shocks externos (cisnes negros) pero podemos tratar de crear sistemas más robustos y de corregir las desviaciones no anticipadas. No podemos predecir el momento, el lugar y la violencia de un terremoto, pero podemos hacer edificios resistentes hasta cierto grado y podemos tener previsto un sistema de emergencia. A pesar de todo es posible que llegue "la madre de todos los terremotos". Pero eso no significa que las medidas tomadas no hayan sido válidas absorbiendo los efectos de todos los movimientos sísmicos anteriores.

    El indeterminismo tampoco significa que la predicción no sea posible dentro de unos márgenes de seguridad razonables y para un plazo de tiempo relativamente breve. No veo por qué debe dejar de realizarse este ejercicio que resulta acertado en un elevado porcentaje de los casos. No prever los "cisnes negros" no invalida la necesidad que tenemos en años de normalidad (casi todos) de predecir las principales macromagnitudes a corto plazo.

    Es humano una vez conocido un efecto tratar de localizar las causas como si éstas pudiesen explicar unívocamente el efecto ("explicar lo que ha sucedido"). La dificultad está en realizar el proceso a la inversa. Es completamente imposible predecir cualquier efecto con cualquier grado de precisión que se desee. Pero insisto: la dificultad en la predicción no implica que la causalidad no exista.

3) Existe en física el famoso problema de los tres cuerpos. Según la wikipedia: "El problema de los tres cuerpos consiste en determinar, en cualquier instante, las posiciones y velocidades de tres cuerpos, de cualquier masa, sometidos a su atracción mutua y partiendo de unas posiciones y velocidades dadas". En determinadas situaciones el resultado es caótico, esto es, variaciones infinitesimales en las condiciones iniciales (o por qué no... una pequeñísima perturbación externa...) darían soluciones completamente distintas. Si esto es así de forma rigurosa, con más razón lo será para el sistema solar en su conjunto. Sin embargo esto no impide que los astrónomos puedan predecir con gran exactitud los eclipses. Me gustaría saber si son capaces también de predecir con la misma exactitud los eclipses de dentro de 500 millones de años. O los de pasado mañana si ahora mismo entra un cuerpo celeste del tamaño de Júpiter a la velocidad de la luz y colisiona con nuestro Sol....

    Predecir es siempre un ejercicio arriesgado.

4) Negar las relaciones causales encontradas con el pretexto de la imposibilidad de la predicción es un pobre argumento. Entiendo que determinadas posiciones políticas o religiosas puedan tratar de negar realidad de los datos. Quien posee la verdad revelada no puede dejarse eclipsar por la tozudez de la evidencia empírica. Es más fácil negarla, acudir a las curaciones milagrosas, a la homeopatía o a tratar de ridiculizar los esfuerzos fallidos de los profesionales de una determinada disciplina.

    La linea de pensamiento anterior puede conducir a que las predicciones de Nassim Taleb para 2036 sean ciertas: "Religious practice will experience a revival, seen as a conveyor of robust heuristics, cultural values and rituals." Si abandonamos la racionalidad, la lógica y la contrastación empírica acabaremos ahí. ¿Es eso lo que queremos?

lunes, 21 de febrero de 2011

Hotelling y París

París.... ¡qué ciudad!.

Ayer mismo aterricé después de un par de días en la ciudad de la luz en los que callejeamos como locos. Según Google Earth caminamos algo así como 30 Km en dos días y la verdad es que repetimos pocos trayectos.

Me gusta pasear por las calles de las ciudades a las que llego. Supongo que mi deformación profesional me hace fijarme más en los comercios y en el tráfico rodado que en las variedades de árboles que jalonan las aceras o en la arquitectura.

Me sorprendió en la isla de San Luis y cerca de la zona de La Bastilla (donde estaba nuestro hotel) el gran número de tiendas de "trastos": tiendas que vendían desde teléfonos viejos, un walkman de Sony, maniquíes o una larga lista de objetos vintage. "No puede ser que toda esta gente viva de vender cacharros... " pensé.

El paseo al lado del Sena nos llevó por una calle donde se agrupaban decenas de tiendas de plantas y pequeños animales. Tiendas gemelas unas de otras y todas en la misma calle. Este hecho no es un fenómeno nuevo ni que escape a los ojos de un economista. La localización industrial es uno de las cuestiones a las que los economistas buscamos explicación. Un fenómeno que se da con bastante frecuencia es la agrupación de industrias o comercios del mismo tipo en la misma ubicación y eso es lo que yo había apreciado en las tiendas de "trastos" y las floristerías. Cualquier tienda de "cachivaches" en un rincón perdido de París no hubiese tenido gran futuro, pero situándose en el "barrio de los cachivacheros" era más probable que cualquier persona buscando trastos se dejase caer por allí.

En 1929 Harold Hotelling, estadístico y economista, formuló el que tal vez fue el primer modelo formal de localización industrial. El modelo de Hotelling es muy sencillo y era el primer antecedente bibliográfico sobre el tema de mi investigación hace unos años. No es difícil encontrar el desarrollo formal del modelo por la red pero tal vez sí que lo sea encontrar una explicación meramente verbal. Vamos a ver si soy capaz de darla yo...

Esta es una historia de una playa. Es una playa que mide un kilómetro de larga y en la que las personas extienden sus toallas de forma uniforme en toda su extensión. Hace calor y los bañistas están dispuestos a comprarse un helado. En el pueblo cercano hay dos heladerías y ambas tienen la posibilidad de colocar un puesto de helados en la playa para atender la demanda de los mismos.

El primer día deciden colocarse cada uno en un extremo de la playa. La noticia es bien recibida por parte de los bañistas que se situan en los extremos ya que no tienen que andar mucho para comprar el helado. Sin embargo quienes colocaron sus toallas en medio de la playa tienen que recorrer casi 500 metros de ida y otros tantos de vuelta para comprar su helado. Cada puesto de helados atiende a los bañistas más cercanos y es fácil calcular que la distancia media recorrida por los clientes es de 500 metros (250 de ida y 250 de vuelta). De hecho, los precios de los helados podrían ser distintos y repartirse el mercado de forma asimétrica, pero eso es otra historia...

Uno de los heladeros se da cuenta de que si desplaza su puesto en dirección al centro de la playa podrá vender más helados ya que seguirá vendiendo a los clientes del extremo y "robará" mercado del otro heladero en el sector central de la playa. El problema es que el otro heladero no es tonto y llega a la misma conclusión. Finalmente las dos heladerías acaban en el centro de la playa atendiendo cada una a su "mitad" más cercana. Los consumidores acaban andando la misma distancia media y los heladeros están igual que al principio. La competencia ha llevado a los comercios a "agruparse" en la misma zona.

Es fácil ver que si los heladeros se hubiesen situado a la distancia de un cuarto y tres cuartos respectivamente sobre la longitud de la playa la distancia recorrida por los clientes hubiese sido mínima. Esa solución no es estable (porque ambos tienen incentivos para acercarse al centro) pero tal vez sea la situación socialmente óptima. Un regulador podría fijar las ubicaciones de las dos heladerías. Pero eso también tiene otros problemas como la barrera de entrada a nuevos heladeros y la posible colusión entre ambos si precisamente el regulador es quien impide la competencia... pero ese sí que es otro cantar.

Volvamos a París. Comercios de lujo en la Plaza Vendome. Sexshops en Pigalle. Multitud de tiendas de instrumentos musicales y de telas para confección en la misma calle. Los pintores en Montmartre. Las tiendas de ropa de fiesta barata (tipo Bollywood) en la cabecera de la calle magenta. Restaurantes y bares en la zona de La Bastilla. Los concesionarios de motos del Boulevard Beaumarchais.... El modelo de Hotelling en acción. No sé si llegaré a vivir alguna vez en París, pero si lo hago iré a comprar mi guitarra a alguna de las tiendas cerca de Pigalle...