viernes, 15 de abril de 2011

La importancia de los incentivos

En el fundamento de toda la Teoría Económica está un supuesto fundamental: la gente responde a los incentivos. Toda la teoría no hace sino ampliar y profundizar en esa idea.

La Teoría Económica no pretende ser un sustituto de la psicología (no pretende deducir el comportamiento de un único agente atendiendo a los incentivos que lo rodean), sino que pretende explicar los efectos agregados esperados en distintas situaciones. De la misma manera que la física newtoniana no pretende (ni puede) explicar los movimientos de partículas subatómicas hace un buen trabajo explicando los movimientos de enormes conjuntos de las mismas. Desgraciadamente el mundo económico es bastante más complejo que una masa puntual desplazándose en el vacío y sin rozamiento. Incluso en el caso más sencillo la teoría sólo predice el signo de las relaciones entre las variables, en algunos casos el signo de la primera derivada (tasa de variación) y si tenemos mucha, mucha suerte a veces podemos conocer el signo de la segunda derivada.

Es por esto por lo que es francamente difícil hacer predicciones. Se conocen muy bien alguna relaciones entre variables ceteris paribus, esto es, cómo variará una magnitud al variar exclusivamente otra. Se pueden tratar de medir los impactos de distintas relaciones y comprobar como algunos se potencian y otros se anulan. Sin embargo, no disponemos de un laboratorio donde poder simular los efectos de distintos eventos. Ni siquiera los simuladores pueden funcionar ya que las relaciones funcionales estimadas tienen por qué ser constantes en el tiempo. (Por ejemplo, esta esa tontería que todo el mundo repite, que para generar empleo hay que crecer por encima del 2%... ¡Eso no lo dice la teoría económica!. Sí que hay modelos que al tratar de medir el impacto del crecimiento en el empleo hallan esa relación.... con DATOS HISTÓRICOS, pero el modelo puede cambiar. Será dificil crear empleo sin crecer, eso sí, pero no podemos saber si al 1, al 2 o al 8%... sobre todo ante un cambio ESTRUCTURAL como el que tenemos encima.)

Este hecho fue formulado (tal vez no por primera vez, pero sí de forma clara y con gran difusión) por el economista Robert Lucas. La revolución keynesiana, el nacimiento de la nueva macroeconomía, fue un paso adelante al tratar de estudiar la macroeconomía a partir de sus propiedades emergentes. Sin embargo Lucas nos dice que las propiedades emergentes no son constantes, que tenemos que volver a los fundamentos. Que tenemos que volver a interiorizar los incentivos. No podemos concluir propiedades emergentes válidas que contradigan lo que sabemos que es cierto a nivel micro.

La fundamentación microeconómica de la macroeconomía es una tarea que tenemos por delante. Distintas visiones sobre la política económica pueden construirse sobre esta idea, pero no todas. Jamás ha existido una teoría microeconomica marxista. Tal vez por eso jamás ha funcionado tampoco su visión macroeconómica, porque se olvida de lo más importante: los incentivos.

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